viernes, 8 de abril de 2011




HIJO, ALGÚN DÍA TODO ESTO SERÁ TUYO... ¿Y LOS VALORES APÁ?

Un día caminando por la calle padre e hijo, platicaban sobre como había estado su día. Su hijo le comentaba a su papa que dos alumnos se habían portado de manera muy grosera con unos adultos mayores al ir a la escuela.
-Papá, ¿puedes creer que no los dejaron subir primero al camión y mucho menos le dieron su lugar? -
-¿Pues qué les enseñan ahora en la escuela? – respondió el padre.
El hijo comenta – ¡Papá! No creo que solo sea eso, en la escuela nos enseñan a ser respetuosos con maestros y compañeros, con autoridades, adultos mayores, hacer el bien, no decir groserías. Así como todo lo que tú me dices que haga, pero ¿por qué ellos no lo hacen?, en la escuela nos enseñan lo mismo, vamos en el mismo salón.
El padre piensa un poco sobre las palabras que su hijo le acaba de decir y empezó a observar la sociedad en la que viven: antes los jóvenes respetaban a sus mayores, no eran groseros con ellos, aceptaban las reglas, tenían siempre la mentalidad de crecer para obtener nuevos conocimientos, pero ahora la televisión no les deja nada a la imaginación, ahora el sexo es algo obsceno, y la religión, fuese cual fuese ya no quieren profesarla.
Él se preguntaba… ¿Qué les enseñan en la escuela?, pues tanto lo científico, a leer, escribir, matemáticas, pero ahora no tienen un trabajo extra… ¡inculcar valores! ¿Qué eso no le pertenece en gran parte a los padres? ¡por ahí se empieza! Después el padre le dice a su hijo:
-Tienes razón hijo, ahora le queremos dejar todo a la escuela, pero también los padres debemos inculcar valores, debemos ser los primeros, y lo peor es que no hemos podido hacerlo- lo dice en voz triste y agachando la mirada –aparte que buscamos hijos “tranquilos”, pero no son robots. No podemos echarle la culpa a la escuela, porque gran parte de la culpa es nuestra… recuerda hijo, todo lo que ves ahora, la sociedad en la que vives es tuya…- el hijo no dejó terminar a su papa cuando le pregunta.
-Y… ¿los valores apá?
El padre le responde:
-Es nuestro deber como familia inculcarlos de nuevo, dejar de echarle la culpa a los demás, por eso, desde ahora nos dedicaremos a ver lo bueno y lo malo, las consecuencias que trae cada acto y como debemos comportarnos para tener una buena sociedad.



MATEMÁTICAS RUULZ!!!!


miércoles, 6 de abril de 2011

DIMITAR

Sólo un minuto y te vas
Para quedar en silencio…
            ...cabizbajo… sin aliento…
…pongo bajo llave el sentimiento
Recordando mis palabras nada…
           …mis palabras viento…
Que junto a ti se vuelven eco
Y aún surcando el aire…
           …no tienen rumbo correcto
Para volar a tus oídos…
           …entrar en tus pensamientos

Cuando cerca te he tenido…
      …me quedo perene en mi suelo
Sin anhelos… solo observo
Deseo desahogar desde el fondo…
         …desde adentro
Eso que inspira… que llega en sueños
Que se queda en papel…
          …en mármol… en tinta y cielo…
Ese mensaje de sed en el desierto
Con un destinatario que jamás lo ha abierto
Dejando un futuro incierto…
         …que desconozco y sigo fingiendo…
…soy tu amigo en los gritos…
        …eres mi amor en silencio…

Cabalgan mis sueños
Cual caballo brioso en pétalos suaves
En  tus ojos me voy…
           …jamás regreso
No te tengo… si te veo
Transcurren horas sin ti…
           …como espinas en el alma
Aun así soy feliz…
         …con esto que es tan mío…
                                    …tan tuyo 
Candor dormido…
         …hastío despierto.

Otra vez te encuentro…
        …Colibrí levantando el vuelo
Regresan mis palabras nada…
        …mis palabras viento…
De nuevo guardo el sentimiento…
        …escondo el suspirar…
¡Sólo es por un momento¡
Hasta que vuelvo a sollozar,
Solo un minuto y ya…
                ….ya te vas… 


                                   FLOR D´LAYLA
En un día lluvioso, un ateo no encuentra refugio, y el único lugar en el cual se puede resguardar de la lluvia es en una iglesia.
Al  estar dentro, decide poner a prueba el poder de los santos, y se dirige a uno de ellos:
- Si es cierto que existes, duplica el dinero que traigo en la bolsa, y te daré $5.00.
Al revisar su bolsillo, se da cuenta de que tiene el doble del dinero que tenía al principio, pero es tanta su incredulidad, que decide hacer lo mismo, pero con otro santo. Al revisar su bolsillo,  tiene el doble del dinero que tenía, y le entrega los $5.00.
Pero aún sin querer creerlo, nuevamente le hace la misma proposición a otro santo y el milagro sucede otra vez, teniendo que darle otros $5.00 según era el trato...
Cuando el ateo sale de la iglesia, no lleva nada de dinero en su bolsillo.
¿Cuánto dinero tenía al entrar a la iglesia?

Querida: encuentra lo que amas y deja que te mate... ¿Cuántas veces no hemos querido algo o a alguien tanto, que estamos dispuestos a lo que...